Ya tenemos un rey mago voluntario, unas chuches, regalos para los niños, una comida/picoteo informal y el postre: galletas y tarta regalos para todos.
Los niños lo pasaron súper, al principio tan sorprendidos por la llegada de Melchor que ni se acercaban, luego ya con confianza alguno hubo que hasta se sentó en sus rodillas para recibir el regalo.
Alguno de los últimos en recibir su paquete incluso lo pasó un poco mal hasta que el rey pronunció su nombre.
Lo mejor: la cara de todos los niños: un poema de sonrisas y rostros felices.
Y por la tarde cabalgata: Madrid, una locura de gente, lluvia, globos de helio... y mis niños felices cuando su papi nos recogió contándoselo todo, todo y todo.
Desde aquí dar las gracias a los padres que dejaron que Adara viera la cabalgata subida en su andamio y al papá que tuvo a Gaël subido en su rodilla y aguantó todos los baja para ver a mamá y vuelvo a subir para ver las carrozas. Sin ellos mis hijos no recordarían la cabalgata con tanta ilusión.
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